martes, 26 de mayo de 2015

Escritores Destacados

Héctor Abad Gómez

Escritor, traductor y periodista. Nació en Medellín en 1958. Es hijo de Cecilia Faciolince y Héctor Abad Gómez, un destacado médico, profesor universitario y defensor de los Derechos Humanos, quien además fue el fundador de la Escuela Nacional de Salud Pública.

En 1977 realizó estudios de filosofía en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, y de Medicina en la Universidad Javeriana de Bogotá. En 1978 viajó a México y estudió talleres de poesía y narrativa en La Casa del Lago, el primer campus cultural de la Universidad Autónoma de México. En 1979 regresó a Medellín y comenzó a estudiar Periodismo en la UPB. De esta carrera fue expulsado en 1981 por escribir un artículo irreverente contra del Papa. En 1982 hace estudios de inglés en Nueva York y más tarde se va a Italia en donde estudia Lenguas y Literaturas Modernas en la Universidad de Turín. Regresa a Colombia en 1987, después de graduarse “cum laude” en Turín. En Agosto de ese año su padre es asesinado por paramilitares y debido a las amenazas que recibe se exilia primero en España (diciembre de 1987) y luego en Italia, en 1988, en donde trabaja como “lector de español” de la Universidad de Verona hasta 1992. Desde sus años de estudiante había empezado a traducir al castellano diverso autores italianos: Humberto Eco, Leonardo Sciascia, Ítalo Calvino, Tomasi di Lampedusa, Gesualdo Bufalino, Primo Levi y Natalia Ginzburg, entre otros. Estas traducciones se publicaron en libros y en suplementos literarios mexicanos.

En 1992 regresó a Colombia y desempeñó distintos oficios. Dirigió durante tres años la Revista de la Universidad de Antioquia y fue también director del Fondo Editorial de la Universidad EAFIT. Trabajó también como periodista y columnista para distintos medios colombianos: El Espectador, Cromos, El Colombiano, y las revistas Cambio y Semana.

En 1998 fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo Simón en la categoría columna de opinión; recibió ese mismo premio en el año 2006. En 1999 fue corresponsal de la revista Cambio en Estados Unidos, con sede en Boston. En 2000, su novela Basura recibió el Primer Premio Casa de América de Narrativa Innovadora; en 2004, su novela Angosta fue premiada en China como la Mejor Novela Extranjera del Año; en 2006 recibió una beca del DAAD y vivió un año en Berlín.

En noviembre del año 2006, publicó su libro más celebrado, El olvido que seremos, en donde revive la historia de su padre, el doctor Héctor Abad Gómez, y las circunstancias de su asesinato. Por este libro ha recibido premios en Lisboa y en Washington.

Actualmente es columnista y asesor editorial del diario El Espectador. Colabora también con El País de Madrid, el NZZ de Zurich, y otras publicaciones nacionales e internacionales. Sus novelas han sido traducidas a distintas lenguas, entre ellas inglés, portugués, italiano, chino, francés y alemán.



GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

(Aracataca, Colombia, 1928 - México D.F., 2014) Novelista colombiano. Afincado desde muy joven en la capital de Colombia, Gabriel García Márquez estudió derecho y periodismo en la universidad Nacional e inició sus primeras colaboraciones periodísticas en el diario El Espectador.
A los veintisiete años publicó su primera novela, La hojarasca, en la que ya apuntaba los rasgos más característicos de su obra de ficción, llena de desbordante fantasía. A partir de esta primera obra, su narrativa entroncó con la tradición literaria hispanoamericana, al tiempo que hallaba en algunos creadores estadounidenses, sobre todo en William Faulkner, nuevas fórmulas expresivas.
Comprometido con los movimientos de izquierda, Gabriel García Márquez siguió de cerca la insurrección guerrillera cubana hasta su triunfo en 1959. Amigo de Fidel Castro, participó por entonces en la fundación de Prensa Latina, la agencia de noticias de Cuba. Tras la publicación de dos nuevos libros de ficción, en 1965 fue galardonado en su país con el Premio Nacional.
Sólo dos años después, y al cabo de no pocas vicisitudes con diversos editores, García Márquez logró que una editorial argentina le publicase la que constituye su obra maestra y una de las novelas más importantes de la literatura universal del siglo XX, Cien años de soledad.
La obra, en la que trabajó más de veinte años, recrea a través de la saga familiar de los Buendía la peripecia histórica de Macondo, pueblo imaginario que es el trasunto de su propio pueblo natal y, al mismo tiempo, de su país y su continente. De perfecta estructura circular, el relato alza un mundo propio, recreación mítica del mundo real de Latinoamérica, de un modo que ha venido a llamarse «realismo mágico» por el encuentro constante de elementos realistas con apariciones y circunstancias fantasiosas. Esta fórmula narrativa entronca con la tradición literaria latinoamericana, iniciada con las crónicas de los conquistadores, plagadas también de leyendas y elementos sobrenaturales originados por el profundo choque entre el mundo conocido y la cultura de los españoles que emigraban y la exuberante y extraña presencia del continente latinoamericano.
Tras una temporada en París, en 1969 se instaló en Barcelona, donde entabló amistad con intelectuales españoles, como Carlos Barral, y sudamericanos, como Vargas Llosa. Su estancia allí fue decisiva para la concreción de lo que se conoció como el boom de la literatura hispanoamericana, del que fue uno de sus mayores representantes.
En 1972 Gabriel García Márquez obtuvo el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, y pocos años más tarde regresó a América Latina para residir alternativamente en Cartagena de Indias y Ciudad de México, debido sobre todo a la inestabilidad política de su país.
Su prestigio literario, que en 1982 le valió el Premio Nobel de Literatura, le confirió autoridad para hacer oír su voz sobre la vida política y social colombiana. Su actividad como periodista quedó reflejada en Textos costeños (1981) y Entre cachacos (1983), compendios de artículos publicados en la prensa escrita, y en Noticia de un secuestro, amplio reportaje novelado editado en 1996 que trata de la dramática peripecia de nueve periodistas secuestrados por orden del narcotraficante Pablo Escobar. Relato de un náufrago, reportaje sobre un caso real publicado en forma de novela en 1968, constituye un brillante ejemplo de «nuevo realismo» y reflejó su capacidad para cambiar de registro.
En cine intervino en la redacción de numerosos guiones, a veces adaptaciones de sus propias obras, y desde 1985 compartió, con el cineasta argentino Fernando Birri, la dirección de la Escuela Internacional de Cine de La Habana. Falleció en la ciudad de México en 2014, tras una recaída en el cáncer linfático que le había sido diagnosticado en 1999.



WILLIAM OSPINA


William Ospina nació el 2 de marzo de 1954 en Padua, Herveo-Tolima, (Colombia). Su padre era el cantante de folclore colombiano Luis Ospina. Estudió derecho y ciencias políticas en la Universidad Santiago de Cali. Desde su juventud se dedicó a la escritura a través del periodismo y la literatura.

Vivió en Europa de 1979 a 1981, y viajó por Alemania, Bélgica, Italia, Grecia y España.

En 1982 ganó el Premio Nacional de Ensayo de la Universidad de Nariño, Pasto, con el ensayo Aurelio Arturo, la palabra del hombre y en 1986 publicó su primer poemario: Hilo de Arena.

Fue redactor en la edición dominical de diario La Prensa de Bogotá de 1988 a 1989. Escribió ensayos sobre Lord Byron, Edgar Allan Poe, León Tolstoi, Charles Dickens, Emily Dickinson, las mil y una noches, Alfonso Reyes, Estanislao Zuleta, literatura árabe, la brujas de Macbeth.

En 1992 obtuvo el primer Premio Nacional de Poesía del Instituto Colombiano de Cultura.

En 1999 recibió el Doctorado Honoris Causa en Humanidades de la Universidad Autónoma Latinoamericana, de Medellín, y en 2005 el Doctorado Honoris Causa en Humanidades de la Universidad del Tolima.

En el año 2005 publicó su primera novela Urzúa.

Ha colaborado con el diario El Espectador. Es socio fundador de la revista literaria Número y desde hace tres años escribe una columna semanal en la revista Cromos.

Recientemente ha sido galardonado el Premio Rómulo Gallegos 2009 por El país de la canela.

William Ospina está considerado como uno de los poetas y ensayistas más destacados de las últimas generaciones y sus obras son mapas eruditos de sus amores literarios, acompañados de declaraciones ideológicas sobre la historia y el mundo moderno.

BIBLIOGRAFÍA
Poesía:
Hilo de arena (1986).
La luna del dragón (1992).
El país del viento (1992).
¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (1995).
Poesía 1974-2004 (2007).

Ensayo:
Aurelio Arturo (1991).
Es tarde para el hombre (1994).
Esos extraños prófugos de Occidente (1994).
Los dones y los méritos (1995).
Un álgebra embrujada (1996).
¿Dónde está la franja amarilla? (1996).
Las auroras de sangre (1999).
Los nuevos centros de la esfera (2001).
Urzúa (2005).
El país de la canela (2008).
América mestiza (2004)
La escuela de la noche (2008).
La herida en la piel de la diosa
Lo que le falta a Colombia (2002)
En busca de Bolívar (2010)
La lámpara maravillosa (2012).


Novela:
Urzúa (2005).
El País de la Canela (2008)
La serpiente sin ojos (2012)

PREMIOS
Premio Nacional de Ensayo de la Universidad de Nariño (1982)
Premio Nacional de Poesía del Instituto Colombiano de Cultura (1992)
Premio de Ensayo Ezequiel Martínez Estrada de Casa de las Américas (2003)
Premio Nacional de Literatura (2006)
Premio al mejor libro de ficción (2006)
Premio Rómulo Gallegos (2009)




JOSÉ MUJICA 


Nació el 20 de mayo de 1935 en el barrio Paso de la Arena, Montevideo, Uruguay, en el seno de una familia de descendientes vascos originarios de localidad vizcaína de Muxika que arribaron a Uruguay hacia 1840. 

Fue el primer hijo de Demetrio Mujica Terra y Lucy Cordano. Su padre murió cuando él cursaba tercer año de escuela, por entonces ya había nacido su hermana María Eudosia, seis años menor, enferma de esquizofrenia. El cultivo y la venta de flores se convirtieron en el sustento de la familia.

Cursó estudios primarios y secundarios en la escuela y liceo público del barrio donde nació. Ingresó a preparatorios de Derecho en el Instituto Alfredo Vásquez Acevedo, ciclo que no llegó a terminar. Desde los 13 años practicó ciclismo en representación de varios clubes y en todas las categorías. 

Recibió influencias políticas de su tío materno, Ángel Cordano, un nacionalista proveniente de Carmelo. En el año 1956, conoció al diputado nacionalista Enrique Erro e inició su militancia en el Partido Nacional, donde llegó a ser secretario general de Juventud del mismo.  Tras las elecciones de 1958 Erro fue designado ministro de Trabajo siendo acompañado por Mujica aunque sin ejercer como funcionario del Ministerio. En 1962, ambos abandonaron el Partido Nacional para fundar la Unión Popular, junto al Partido Socialista del Uruguay y la agrupación Nuevas Bases. En elecciones postularon a Emilio Frugoni como candidato a presidente de la República recibiendo tan solo un 2,3 % de votos.

En esa década formó parte del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, participando en operativos guerrilleros y pasando a la clandestinidad. Durante el gobierno de Jorge Pacheco Areco recibió seis balazos. Cayó preso después de un intenso tiroteo en el bar "La Vía", mientras preparaban el robo a la financiera Mailhos. Estuvo tres meses en el hospital y terminó en el penal de Punta Carretas. Se fugó, volvió a esa cárcel y participó de otra evasión. Fue apresado cuatro veces siendo brutalmente torturado. Pasó casi 15 años en prisión siendo su último período de detención de 1972 a  1985. José Mujica se convirtió en uno de los tupamaros que la dictadura ejecutaría en caso de que su organización retomara las acciones armadas. En esa situación también se encontraba Eleuterio Fernández Huidobro, que posteriormente sería Ministro de Defensa Nacional, y el líder y fundador del MLN-Tupamaros, Raúl Sendic. Fue puesto en libertad tras la llegada de la democracia beneficiado por la Ley n. º 15.737 del 8 de marzo de 1985, que decretó una amnistía de delitos políticos, comunes y militares cometidos desde el 1 de enero de 1962. 

Junto con miembros del MLN y partidos de izquierda creó el Movimiento de Participación Popular (MPP), dentro del Frente Amplio, y en las elecciones de 1994 resultó elegido diputado por Montevideo, y en las de 1999 fue elegido senador. En las elecciones de 2004 su movimiento obtuvo más de 300.000 votos consolidándose como la primera fuerza dentro del partido de gobierno. El 1 de marzo de 2005 fue nombrado Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca por el presidente de la República, Tabaré Vázquez. Dejó el cargo el 3 de marzo del 2008 siendo sucedido por Ernesto Agazzi. 

El Frente Amplio realizó los días 13 y 14 de diciembre de 2008 el Congreso Extraordinario «Zelmar Michelini», en el que se le proclamó como candidato oficial para las elecciones internas del año 2009, habilitando a los otros candidatos propuestos Danilo Astori, Daniel Martínez, Marcos Carámbula y Enrique Rubio para participar en igualdad de condiciones. Posteriormente Martínez y  Rubio abandonaron su precandidatura, y tras las elecciones internas, el 28 de junio de 2009, resultó elegido como candidato único a la presidencia por el Frente Amplio, tras vencer a sus competidores con un 52,02 % de los votos. 

El 25 de octubre de 2009, obtuvo casi la mitad del total de votos, validándole para disputar a  Luis Alberto Lacalle la presidencia el 29 de noviembre, fecha en la que resultó ganador con un porcentaje superior al 52 % de los votos emitidos. José Mujica prestó juramento el 1 de marzo de 2010 en el Palacio Legislativo como presidente de la República Oriental del Uruguay. Juramento recibido por su propia esposa Lucía Topolansky, al ser la primera Senadora de la Nación. Fue el primer tupamaro en lograr escaño en el Parlamento, el primero en presidir la Asamblea General y el primero, con Eduardo Bonomi, en ser ministro antes de convertirse en presidente. 

En 2013 The Economist declararó a Uruguay el país del año y calificó de admirables las dos reformas liberales más radicales tomadas en ese año por el Gobierno del presidente José Mujica: el matrimonio gay y la legalización y regulación de la producción, la venta y el consumo de la marihuana.

Se casó con Lucía Topolansky en 2005, tras convivir en una chacra en la zona de Rincón del Cerro desde décadas atrás en condiciones realmente muy modestas (unos 45 metros cuadrados construidos) y en las que se dedicaron al cultivo de flores para ganarse la vida. Tras asumir como presidente de la República, decidieron permanecer en su domicilio y viaja siempre en segunda clase en sus traslados oficiales. Su fortuna personal en 2010, cuando asumió su cargo, era un Volkswagen modelo 1987 valorado en 1800 dólares. Dona el 90% de su sueldo.



 EDUARDO GALEANO


(Eduardo Hugues Galeano; Montevideo, 1940 - 2015) Escritor y periodista uruguayo cuya obra, comprometida con la realidad latinoamericana, indaga en las raíces y en los mecanismos sociales y políticos de Hispanoamérica.

Se inició en el periodismo a los catorce años, en el semanario socialista El Sol, en el que publicaba dibujos y caricaturas políticas que firmaba como Gius. Posteriormente fue jefe de redacción del semanario Marcha y director del diario Época. En 1973 se exilió en Argentina, donde fundó la revista Crisis, y en 1976 continuó su exilio en España.

Regresó a Uruguay en 1985, cuando Julio María Sanguinetti asumió la presidencia del país por medio de elecciones democráticas. Posteriormente fundó y dirigió su propia editorial (El Chanchito), publicando a la vez una columna semanal en el diario mexicano La Jornada. En 1999 fue galardonado en Estados Unidos con el Premio para la Libertad Cultural, de la Fundación Lanna.

Su obra, traducida a más de veinte lenguas, es una perpetua y polémica interpretación de la realidad de América Latina, estimada por muchos como una radiografía del continente. Galeano es, sin duda, uno de los cronistas de trayectoria más incisiva, inteligente y creadora de su país. Una de sus obras más conocidas es Las venas abiertas de América Latina, un análisis de la secular explotación del continente sudamericano desde los tiempos de Colón hasta la época presente que desde su publicación en 1971 ha tenido más de treinta ediciones.

En dos ocasiones obtuvo el premio Casa de las Américas: en 1975 con su novela La canción de nosotros y en 1978 con el testimonio Días y noches de amor y de guerra. En la primera obra, La canción de nosotros, abordaba el complejo tema de la lucha armada y la relación entre las fuentes culturales populares y la militancia de izquierdas de la pequeña burguesía.

La segunda, Días y noches de amor y de guerra, es una crónica novelada de las dictaduras de Argentina y Uruguay, aunque hay continuas referencias al entorno latinoamericano. En ella se relatan las vivencias de un periodista en un país aplastado por el poder militar y paramilitar en un período atroz, marcado por la violencia ejercida sobre los discrepantes. Sin embargo, junto al horror de amigos que desaparecían en ocasiones "por error" y otras simplemente por pensar por sí mismos, están el amor, los amigos, los hijos, el paisaje, todo aquello que aun en la oscuridad de una guerra sucia y despiadada contra los más débiles sigue siendo motivo para vivir, defender las ideas y alzar la voz contra los que actuaban impunemente para implantar el miedo y la consiguiente paralización. En la primera página ya se anuncia: "Todo lo que aquí se cuenta, ocurrió. El autor lo escribe tal como lo guardó en su memoria. Algunos nombres, pocos, han sido cambiados". Aunque los hechos son, pues, dolorosamente reales, están contados con sobriedad, sin llegar al regodeo y la autocompasión.

Su trilogía Memoria del fuego, que combina elementos de la poesía, la historia y el cuento, está conformada por Los nacimientos (1982), Las caras y las máscaras (1984) y El siglo del viento (1986), y fue premiada por el Ministerio de Cultura del Uruguay y también con el American Book Award, distinción que otorga la Washington University. La obra es una cronología de acontecimientos culturales e históricos que proporcionan una visión de conjunto sobre la identidad latinoamericana. Por su audaz mezcla de géneros y su talante crítico es quizá una de las obras más ilustrativas de la labor de Galeano.

En Memoria del fuego, Eduardo Galeano lleva a cabo una revisión de la historia de Latinoamérica desde el descubrimiento hasta nuestros días, con el propósito de enfrentarse a la "usurpación de la memoria" que él denuncia en la historia oficial. Se trata de un texto de carácter híbrido, entre el relato y el informe, entre la recopilación de poemas y la transcripción de documentos, entre la descripción de los hechos y la interpretación de los movimientos sociales y culturales que los sustentan.

Excepto la primera parte de Los nacimientos, titulada "Primeras voces", la obra se estructura como un mosaico de breves textos independientes que, sin embargo, encajan y se articulan entre sí para formar un cuadro completo de los últimos quinientos años de la historia de América, siempre desde la perspectiva de los desheredados y buscando la diversidad en los temas, las voces y los estilos. Cada uno de estos textos va encabezado por el año y el lugar en el que tiene lugar el episodio que se narra. Al pie del mismo se citan las obras que documentan los datos allí recogidos.

El criterio que se sigue para la ordenación de estos fragmentos es estrictamente cronológico, mientras que el criterio geográfico es intencionadamente ignorado, para mejor conseguir la impresión de unidad de la historia americana, más allá de unas fronteras a menudo fijadas en función de intereses ajenos a las verdaderas realidades nacionales y a golpe de guerra fratricida o de abuso imperialista.

Por otra parte, Galeano huye explícitamente de la imparcialidad; no busca la construcción de un discurso aséptico en el que los hechos y las gentes queden igualados por una mirada presuntamente objetiva. Su pretensión, y sin duda su logro, es reflejar el drama de América en su multidimensionalidad: el juego del poder; la lucha de los oprimidos en pos de su emancipación; la creación de un arte y una literatura genuinos, más allá del mimetismo colonial; las transformaciones sociales y económicas; la evolución de las relaciones interamericanas y con el exterior, etc. El punto de vista es abiertamente partidista, rechazando todo aquello que ha instalado a América Latina en una subordinación que se pretende inevitable y la brutal explotación y el aniquilamiento a que han sido sometidos los pobres de todo el continente, incluyendo a los marginados del Norte poderoso y opulento, sean indios, negros, chinos o chicanos.

Escritor prolífico, la obra de Eduardo Galeano abarca los más diversos géneros narrativos y periodísticos. Otros títulos suyos a destacar son Los días siguientes (1962), China, crónica de un desafío (1964), Los fantasmas de día de León (1967), Guatemala, país ocupado (1967), Nosotros decimos no (1989), El libro de los abrazos (1989), Las palabras andantes (1993), El fútbol a sol y sombra (1995), Las aventuras de los jóvenes dioses (1998), Patas arriba. La escuela del mundo al revés (1999), Bocas del tiempo (2004) y Espejos. Una historia casi universal (2008).



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